Si junio fuera una mujer, sin duda sería como tú.
Yo me libero de ti como si la noche bastara para alejarnos, bien sabes que las sombras siempre me han parecido acogedoras, a partir de ellas aprendí a cruzar tu muro de niebla.
Toda la magia que encontré en tu lecho no alcanzó para meter mi mundo en tus manos. En ocasiones las cosas son lo que parecen...
Si la estética fuese trascendental
caminaríamos hastiados entre murmullos celosos.
Menos mal que la dicha de la carne alimenta corazones rotos
pues para apuntalar la esperanza en el amor y sus ruinas
a veces basta tu cuerpo entre cenizas.
Diosa nocturna liberando fantasías,
poco es lo que queda de un recuerdo para abrazarte:
vertiginosas caricias al despuntar el alba,
y un último beso para salvarme.
CC Hale Sastre
En fotografía: Lia Katselashvili