y una pizca de saber
a la orilla de una playa de piedra.
Mis acordes sin canción,
mis líneas sin leer;
tus vaivenes en mi puerta.
Las ganas se escapan por la ventana...
sofocante verano,
cínica carcajada:
Me gustaría que supieras a mar
pero poco sabes a sal
y tú sólo sabes querer.
© Hale Sastre
© Hale Sastre
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