sábado, 14 de diciembre de 2013

Private Life



She wears her hair tangled in vague feeling of loss, she never know that she was my life...
Is just so much apathy to solve an impossible. 
Words almost suffocate, letters are not enough to say how i miss her; maybe daring has paid off.

              CC Hale Sastré




                                                                                  Fotografía por Alexandra Benetel
                                                                      https://www.facebook.com/alexbenetelphotography

lunes, 18 de noviembre de 2013

Claroscuro


Como ahogar en enojos tu risa,
sin importar lo que hemos hecho,
atraparte en versos,
beberte en llanto...

Desventuras,
claroscuros 
y una lágrima.
Para solventar un adiós
un buen augurio.

No más poesía de mariposas negras
ni enredaderas abrazadas al alma.

Un té de flores
para abrir las alas.
Gotas de lluvia
para apagar las brasas.

Tu violín desafinado
y sus notas tristes,
tu pequeño adiós
y los días felices.

         CC Hale Sastré                                                                                                                                                                                                                                 Fotografía por Annija Muižule
                                                                                                              https://www.facebook.com/annijamuizule.photography
        


sábado, 31 de agosto de 2013

Espejo


En fotografía: Anna Vila
Justo en el momento donde se rompe mi silencio apareces como la pálida imagen que podría significar un algo. No sé si tengo la soltura para ignorarte o es simplemente el deseo de no verte, pero sé bien que habrá tiempo para rasgar recuerdos cuando la mañana que no abraza se presente helada. No hay método que valga para dejar atrás el sueño de victoria, las hojas caen en cada otoño y bien podría ser nuestra mejor lección.
Superflua y constante te desvaneces con el humo, dudo que alguna vez exista la sensación de satisfacción al mirarte por encima de mi hombro, pero encuentro consuelo en la última frase que exhalo en tu nombre. Cuando la vanidad y el ego se encuentran, lo único que queda al terminar una canción es una flor deshojada y una promesa rota.

Lo que es mirarse en su espejo una noche cualquiera...
   © Hale Sastre 

martes, 30 de julio de 2013

Ni tu Aliento ni tus Caderas


Ahora que me sofocan los bailes
y me asfixia Valencia
me acuerdo de tu pelo al aire
y mis manos en tus caderas
las que ahora danzarán con elocuencia
siguiendo un ritmo cadencioso
haciendo de lo frívolo algo hermoso

Pienso en aquella piel de arena fina
donde encontró regocijo mi boca
en ese aliento que me llenó de vida
cuando las horas se me hacían pocas
Esa piel ahora está a merced del mar
y ese aliento romperá contra las rocas

No me acompañan ni tu pelo ni tus caderas
no más de tu piel ni de tu aliento
Nada de ti que ya no me esperas
nada de mí cuando me lleve el viento.
Hale Sastre cc

                                                             En fotografía. Taty Perales
                                                            
 https://www.facebook.com/tatyperales

domingo, 30 de junio de 2013

Junio y yo

Si junio fuera una mujer, sin duda sería como tú.

Yo me libero de ti como si la noche bastara para alejarnos, bien sabes que las sombras siempre me han parecido acogedoras, a partir de ellas aprendí a cruzar tu muro de niebla.

Toda la magia que encontré en tu lecho no alcanzó para meter mi mundo en tus manos. En ocasiones las cosas son lo que parecen...

Si la estética fuese trascendental
caminaríamos hastiados entre murmullos celosos.
Menos mal que la dicha de la carne alimenta corazones rotos
pues para apuntalar la esperanza en el amor y sus ruinas
a veces basta tu cuerpo entre cenizas.

Diosa nocturna liberando fantasías,
poco es lo que queda de un recuerdo para abrazarte:
vertiginosas caricias al despuntar el alba,
y un último beso para salvarme.
            CC  Hale Sastre

                                                            En fotografía: Lia Katselashvili
                                                             



miércoles, 12 de junio de 2013

Saber a Mar


Un poco de sabor
y una pizca de saber 
a la orilla de una playa de piedra.

Mis acordes sin canción,
mis líneas sin leer;
tus vaivenes en mi puerta.

Las ganas se escapan por la ventana...
sofocante verano,
cínica carcajada:

Me gustaría que supieras a mar
pero poco sabes a sal
y tú sólo sabes querer.
© Hale Sastre
                             
Fotografía por Esmeralda Zúñiga



jueves, 16 de mayo de 2013

Vanidad Ordinaria

Que de no ser por mi coraza me dejarías herido cada vez que me acaricias con verdades a medias. Una y otra vez me he manchado con el carmín de tus labios; será que a media luz es más fácil creerte.

Miradas de desdén en un espejo,
diálogos incomprensibles,
caricias toscas;
siempre tú,
siempre yo.
Líneas que se cruzan en diferentes sentidos,
promesas de noche,
caprichos de ti,
sólo caprichos.
©Hale Sastre

lunes, 22 de abril de 2013

Danza Agridulce.

Mediando la calma y el sosiego le doy pausa a mi travesía, no le soy ajeno a la tarde, lo sé porque ya ha dejado pasar amantes, turistas y transeúntes ensimismados para al fin recibirme. Se presenta liviana pero en su ocaso pide a gritos un beso para humedecerse la noche.

Muerdo una naranja y mientras degusto su sabor agridulce me acaricia una racha de viento; debió haber notado que estoy solo y me trae compañía, parece una flor; tal vez se descuidó y se la arrebató a su dueño, aunque quizá es una aventurera que decidió dejar el jardín hermoso que le condenaba a permanecer segura en un mismo sitio. No le rechazo, parece encantada con el capricho de la brisa, se detiene un momento a mi lado pero le dejo pasar, no sin antes despedirme y prometerle que le inmortalizaré en estas líneas.

Suena a lo lejos música árabe, quizá la melodía perfecta para reemprender el camino. Mirar atrás a veces es placentero; se quedan la plaza, la gente y una musa que se despide danzando.
©Hale Sastre



viernes, 12 de abril de 2013

De tu cielo y mi limbo.


¡Desnúdate!
Iré más allá del placer;
tocaré más que la dicha 
oculta entre lágrimas y risas.

Nos envuelve la noche,
y el temblor de tu carne anuncia tempestades;
emociones que se escapan en suspiros.

Una extensión de mi deseo se vuelve caricia,
humedad que empapa sentidos,
sentidos que abrazan
y un abrazo que nos mantiene erguidos
y nos libera en lluvia entre tu cielo y mi limbo...

Tus ojos en calma otra vez
sutilmente anuncian tormenta.
Tú, sonríes... la mañana llega.
©Hale Sastre

Kaya Scodelario
                   En fotografía Kaya Scodelario.


sábado, 6 de abril de 2013

De reflejos en la ventana.

Mientras miraba su reflejo en la ventana terminaba su café; pronto tendría que salir de nuevo a la lluvia. No era la primera vez que le rompían el corazón pero quizá sí la primera vez que lo hacía alguien a quien había dado una segunda oportunidad de quedarse en su vida; -las personas no pretenden cambiar realmente sino adecuar situaciones a su estilo de vida -pensaba. Esa tarde lo había comprendido.
Fotografía por: ©James Chan
De nada valía buscar de entre los besos los que eran sinceros, al final todos los besos se parecen; lo que los eleva es la forma en que te involucras en ellos. Así pasa con la gente; eres tú quien le da relevancia, incluso si les gusta rasguñar su piel mientras se arrastran por fango y desperdicios o bien si su andar es erguido y grácil; siempre el disfraz lo pones tú. -¿Y luego por qué terminas llevándote decepciones? -se preguntaba, como si en el suspiro que exhalaba se hallara la respuesta.

Con el roce de un parpadeo sentió el tiempo perdido caer de golpe sobre su pecho y después, de alguna parte sacó fuerzas para levantarse y salir. Lamió sus heridas.

"Los seres humanos somos maravillosos; podemos rehacer nuestra vida aún después de haberla visto caer en pedazos frente a nosotros..."               
                                                                             ©Hale Sastre
                                   


martes, 2 de abril de 2013

De pistas con lluvia y deseos semi vacíos.

Te miro salir mientras levantas tu libertad y la guardas en el bolso pero antes quieres bailar y regresas a la pista. Tendré sólo lo que quieras que tenga de ti... de cualquier forma es hermoso verte danzar con los ojos cerrados.

Escucho tu risa acercándose, el alba sonríe y la pista se vacía; quizá ya es hora de marcharme, no intenté cortejarte realmente, así que el empate a cero es justo. 

Me acerco a la salida pero tomas mi mano y me pides que me quede. Dudo por un segundo, pero sólo por un segundo; no seré yo quien le ceda esta pieza a la soledad.


Te miro a los ojos y me quedo suspendido un instante; -ni siquiera pienses en robarle un beso -me digo tajante. Tú sabes bien lo que no quieres.

La música se detiene y se encienden las luces, dices que tienes que irte y aunque me entristece saberlo, por otra parte también me alegro. Alguien a quien amas debía esperarte.

Encontrarte una segunda vez en esta inmensa ciudad fue lindo; yo me acerco a saludarte pero mantengo mi distancia, no quiero enamorarme de nadie. Te sorprende verme de nuevo, me recuerdas que no te dije mi nombre aquella noche, que desde entonces no dejas de pensar en mí, que sabes lo que quieres, lo que necesitas y de quién te enamoraste.

Es curioso como comenzó a llover mientras te acercabas; la lluvia jugaba a colarse entre nosotros. Bien sé que cuando las nubes se marchen tú serás sol de otro horizonte, entonces me separo de ti y doy un paso atrás. Nuevamente me pides que me quede, pero ahora lo sé, lo tengo claro. Serás sólo un deseo de lluvia que no consiguió mojarse.
©Hale Sastre

miércoles, 27 de marzo de 2013

De aroma a gasolina, versos en inglés y universos paralelos.


Hace mucho que las letras pasaron a ser para mí un universo paralelo, como aquel que describe Carlos Castaneda en su "realidad aparte"; todo cobra un sentido diferente y se ensalza o carece de significado según te vayas adentrando en él.


Tendría como 6  años cuando mi padre me recitó un poema en un idioma que distinto al mío, se coló de forma tan grácil en mí que fue como si me ausentara de mí cuerpo y me fuese a un lugar lejano. Él  me seguía hablando mientras yo seguía ensimismado. Fue la primera vez que me impresioné de lo que podían provocar las palabras en una persona. Recuerdo bien el lugar en el que estaba sentado, un algo del tono de su voz y el aroma artificial a pino del interior del coche mezclado con gasolina quemada del exterior.

Gracias a grabaciones que solía hacer desde pequeño pude registrar mi tono de voz a esa edad, y casi puedo escucharme recitar esos versos que sin duda fueron la llave para acceder a ese universo paralelo que me regaló mi padre, aún sin darse darse cuenta (quizá completamente consciente de lo que hacía).

Una vez se presentó una ocasión para recitarlo ante otras personas y fue entonces cuando comprendí que la dicha que provocó en mí también podía provocarla yo en otra persona (salvando todas las diferencias). Después de esos primeros versos puse especial atención en las colecciones de libros que nos regaló mi padre a mí y a mi hermana. Disfrutaba leer especialmente por la noche acostado en mi cama. Afortunadamente había muchísimos libros en casa y nunca me quedé sin transporte para llegar a mi lugar especial. Sin duda desde que empecé a leer mis sueños cambiaron, llegaban a ser tan maravillosos como ninguna historia podía escribirse y entonces buscaba explicación a todas las cosas que veía, que tocaba, que paladeaba...
Después vinieron mis primeros versos propios y mis primeras canciones, después vino el amor y todo se llenó de colores. Entre olor a pino y gasolina la poesía había llegado para quedarse.
©Hale Sastre