En fotografía: Anna Vila |
Justo en el momento donde se rompe mi silencio apareces como la pálida imagen que podría significar un algo. No sé si tengo la soltura para ignorarte o es simplemente el deseo de no verte, pero sé bien que habrá tiempo para rasgar recuerdos cuando la mañana que no abraza se presente helada. No hay método que valga para dejar atrás el sueño de victoria, las hojas caen en cada otoño y bien podría ser nuestra mejor lección.
Superflua y constante te desvaneces con el humo, dudo que alguna vez exista la sensación de satisfacción al mirarte por encima de mi hombro, pero encuentro consuelo en la última frase que exhalo en tu nombre. Cuando la vanidad y el ego se encuentran, lo único que queda al terminar una canción es una flor deshojada y una promesa rota.
Lo que es mirarse en su espejo una noche cualquiera...
© Hale Sastre